El desayuno estaba bien, es en la azotea del edifico. Hay dos mesas en la terraza y otras tres dentro, el sitio es ajustado pero ningún día hubo aglomeración de gente. Hay té turco caliente y agua caliente para hacerse infusiones, café y leche soluble, una nevera con agua, leche y zumo fríos. Para comer tienes dulces típicos turcos, plum cakes de chocolate y bizcoho, cereales, pan muy tierno, pan tostado, mantequilla, queso de untar, mermeladas embotadas y naturales, miel, crema de avellana y chocolate, varios tipos de quesos, incluyendo por supuesto el típico feta, embutidos, aceitunas, tomate, pepino, aceite y fruta fresca. Es decir bastante completo.
En la recepción encontramos siempre gente joven y muy amable, algunos hablan mejor inglés que otros, pero todos se esfuerzan en ayudarte. Todas las mañanas cuando vamos a salir, nos preguntan qué vamos a hacer hoy y nos recomiendan algún plan y nos explican cómo ir, qué ver....
La segunda jornada en Estambul, comenzamos viendo el parque Gulhane, nos asomamos a unas terrazas con vistas al Bósforo, a poca distancia vemos Asia.
Después nos acercamos por la Mezquita Azul (Sultanahmet Camii) y nos capta el ambiente y el patio interior. Después de unas cuantas fotos, decidimos entrar pero resulta que nos pilla que es hora de rezo y no se puede, así que nos dirigimos hacia Hagia Sofia.
Mientras salimos nos captó un señor para que fuéramos a ver su tienda de alfombras (si os gusta algo compráis y si no bienvenidos), que era un negocio familiar y bla, bla , bla... nos estuvo contando cosas curiosas del edificio y los mejores horarios de visita; una vez en la tienda nos ofrecieron té, cualquiera dice que no, (por cierto, muy rico el té de manzana) y nos mostraron los diferentes productos, a la jefa se le ocurrió la feliz idea de preguntar los precios, el cierre fue que no somos el perfil de cliente.
Por proximidad visitamos la Basilica Cisterna (20 TL), un lugar complicado para sacar fotos decentes con cámara compacta y los vídeos dejan bastante que desear, pero es bonito para visitarlo, tiene su toque místico.
Medusas
Tras la visita a la cisterna nos alejamos un poco para comer, no hay que complicarse mucho por que la comida es muy similar, con excepciones pero pocas. Comemos un Durum Kebab que está muy rico, son un poco diferentes a los que comemos aquí, no llevan salsa, y le ponen más verdura, pepinillo, guindilla....
De sobremesa visitamos Ayasofia o Hagia Sophia o Santa Sofía, había bastante cola pero mucha menos que a media mañana, un guía nos ofrece saltarnos la cola y por 10TL nos quiere explicar el edificio, etc. pero le damos calabazas, pagamos la entrada 25TL/persona, y se puede pagar con tarjeta. Por dentro está chulo, sobre todo porque el primer edificio árabe que visitamos el interior. El lugar complicado para sacar fotos por los puntos de luz natural y una vez que encienden las lámparas imposible sin trípode pero se hizo lo que se pudo.
Moscaicos resto de anteriores gobiernos Constantinos, Bizantinos, Romanos, Islamicos, claro ejemplo de la mezcla de culturas en esta ciudad.......
Detalle de las lámparas interiores
Ni que decir tiene que cuando, al atardecer, se encienden las luces de las enormes lámparas que hay por toda la planta, se crea un ambiente sobrecogedor.
Al salir tomamos un zumo de Granada en el chiringuito por 10 TL cada uno, muy rico y muy típico, hay por todos lados, no dejéis de probarlo, atención que tiene un sabor fuerte.
Justo se puso a llover, cuando parecía que paraba salimos hacia la zona de tiendas, pero se ponía peor y nos metimos a tomar un café, porque pensábamos que sería poca cosa, con el día de verano que había hecho hasta ahora. Pero no paró en unas horas, así que como no estábamos muy lejos del Gran Bazar y había oído que era enorme y cubierto, preguntamos y nos acercamos hasta allí. La verdad es que es una pasada, hay de todo, millones de tiendas, hay un colorido muy bonito, entre las lámparas mágicas todas iluminadas, las alfombras y productos cerámicos. Algunos vendedores se ponen un poco pesados, pero con no pararse mucho, todo arreglado. Empezaron a cerrar algunas puertas de salida y salimos por otra diferente a la que habíamos entrado, que a la larga nos damos cuenta que es el origen de nuestra posterior desorientación.... Resulta que llegamos a una plaza grande y como sigue lloviendo algo, nos metemos a cenar, y al salir ya ha dejado de llover para toda la noche. Nos ponemos a andar para volver al hotel por una ruta que creemos que va a ser para atajar, pero resulta que después de mucho andar nos damos cuenta que hemos andado en la dirección contraria, es decir hacia atrás alejandonos más y hacia el otro lado del mar..... Después de darnos cuenta de nuestra metedura de pata, preguntamos en un hotel y ya volvemos a la ruta buena, pero menuda paliza que nos hemos dado a lo tonto, bueno, así hemos visto los barrios que igual no hubiéramos visto.
Primer día y ya llegamos muertos al hotel. Podíamos haber cogido el tranvía la verdad, pero bueno, nos va la marcha.
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